¿La calidad de la información fue revisada y validada antes de ser introducida al sistema?
¿La información resultante es suficiente y disponible para todos los usuarios?
¿Están todos comprometidos con mantener la información con la calidad y nivel de actualización adecuados?
¿Se revisó el flujo de información para garantizar que los datos pasan en forma automática y adecuada de un proceso a otro?
¿Se realiza la supervisión de los datos en forma rutinaria y frecuente?
Si las respuestas a estas preguntas no son claras, o no son convincentes, es probable que este sea el mejor momento para hacer un alto y replantear la implementación.
Una implementación exitosa requiere de algunas herramientas metodológicas, para permitir responder a las preguntas planteadas, algunas muy sencillas como es la técnica “staple your self to an order”, que la traducción en sentido más adecuada es “sea usted una orden de un cliente”, esto permite de una forma bastante fácil y gráfica validar que los datos, los procesos, los campos y los formatos utilizados sean realmente útiles, y además no generen un proceso tan burocrático que sea mayor la complicación que el beneficio.
Así como esta herramienta, existen otras que, aplicadas de forma adecuada permiten incrementar la calidad del dato y su consistencia a lo largo del proceso incrementando los niveles de éxito en la implementación.
Tiene que tener presente que si la información no es suficiente y contemporánea generará la aparición de sistemas o soluciones satélites al ERP, reduciendo la eficiencia y afectando la operación e incrementando el riesgo operativo.
Usted como ejecutivo depende de la información para la toma de decisiones, lo más recomendable es que verifique la forma en que se respondió a las preguntas planteadas, de manera que le permitan contar con información en tiempo y forma.
Por Alberto Reyes