Por lo tanto, todas las demás acciones se ponen en juego en este preciso momento y aquí es donde debes hacer toda tu apuesta. Haciendo un paralelo con una empresa de producción, podemos decir que al producto que se está fabricando se le agrega valor (es decir, se lo transforma) sólo en la línea de producción. No se le agrega valor en la oficina del gerente, ni en el laboratorio de control de calidad, ni en la sala de capacitación. Así también, a los servicios sólo se les agrega valor durante el contacto con el cliente, ya que un servicio se “fabrica”, es decir, se hace realidad, mientras el cliente lo está recibiendo.
Te proponemos lo siguiente si quieres optimizar tu servicio aprovechando este concepto:
• Elabora tu “Ciclo de servicio”, es decir, la sucesión de momentos de la verdad que vive un cliente al recibir tu servicio. Desde que toma el primer contacto con la empresa hasta que finaliza la prestación del mismo.
• Luego analiza cada uno de esos momentos: ¿Cuentan con los recursos adecuados?, ¿Los empleados al frente de cada uno están debidamente preparados y motivados?, ¿Han acotado la probabilidad de fallas que afecten al cliente en estos momentos?
• Una vez que completes el análisis detecta al menos tres oportunidades de mejora en las que YA te pondrás a trabajar junto con tu equipo.
Adelante entonces, agrega más valor a tu servicio desde este momento fundamental: el contacto con tus clientes.
Mariana Pizzo Ingeniera Industrial del Instituto Tecnológico de Buenos Aires